Por: Dayanni Sánchez
Oh Las Redes sociales, ese mundo de conexiones y de relaciones, de eventos micros y macros, de conversaciones tan vanas como filosóficas, esas plataformas en las que pasamos conectados durante horas y que ahora, desde hace ya algunos años, hemos visto cómo las marcas y empresas las han tomado para sí a fin de alcanzar a su público de manera más efectiva y generar interacción con ellos. Pero si algo debe entender usted, querida doña Marca, es que las redes sociales no son un canal de venta. No me mal interprete, permítame continuar
Nada más incómodo que estar caminando por la calle y que lleguen 5 personas a venderle cosas, o que esté tranquilo en su casa, con sus amigos, y toque alguien a su puerta vendiendo productos; si quiere comprar algo usted va a un establecimiento comercial o un mall ¿cierto? Es precisamente por este anterior panorama que las empresas y marcas presentes en redes sociales deben comprender más que nunca que se están inmiscuyendo en un mundo humano, de comunicación, de relaciones, de conversación y cercanía.
¿Está mal que las empresas y las marcas estén en redes sociales? ¡No, rotundo no! PERO sí tenemos que analizar ciertas cosillas, estimada doña Marca: ¿A quiénes se tienen en las redes sociales? ¡A amigos, no a gente extraña que le vende cosas! También está esa parte en la que, a través de las redes, nos encontramos con información curiosa o que nos interesa, admiramos personajes, encontramos aliados que nos brindan ese contenido que siempre estamos ansiosos por ver.
Por todo lo anterior, es que se debe tener un poquitín de astucia, doña Marca, y ver cómo encajar en ese mundo de relax y de amigos de su usuario. En vez de hablar solo de usted, de lo buena que es y de promocionar sus servicios o productos ¿Por qué no mejor nos muestra experiencias? ¿Por qué no nos enseña una personalidad atrayente con la que todos quieran hablar? ¿Por qué no nos muestra rostros reales y situaciones naturales? ¿Por qué no se convierte en ese aliado que da consejitos realmente útiles? ¿Por qué no nos hace reír de vez en cuando? Después de todo ¿A quién no le gusta alguien que le saque una sonrisa? No me diga qué tan interesante es usted, demuéstreme que es verdaderamente interesante.
Siempre parto de una premisa, cuando se es atractivo, interesante y con una personalidad deslumbrante, no hace falta que esté hablando de usted y brindando su número de contacto a quien se le cruce por la calle. Cuando usted enamora e impacta, le pedirán el número y le contactarán sin que haga mayor esfuerzo por que lo obtengan. Deje que sus redes sean una ventana hacia la personalidad de su marca, no una revista de productos.