¿Cuántas veces has llegado tarde a alguna cita? Es impresionante ver cómo a través de los años las personas se vuelven cada vez más impuntuales. Un error grave pero muy común, es asumir que cuando alguien dice a las 9:00 am en realidad se refería a las 9:30 am. Muchas veces a las 9:30 am apenas vas saliendo de tu casa y terminás llegando a las 10:00 am a la cita, y además ponés de pretexto que te tocó mucho tráfico o el típico así somos los ticos.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar. Si siempre llegás tarde te convertís en una persona poco confiable
En el ámbito profesional tu jefe y compañeros de trabajo cuentan con que llegués puntual. Llegar tarde constantemente provocará que ellos dejen de confiar en vos y como consecuencia empezarás a perder oportunidades de trabajo y crecimiento laboral.
El llegar puntual, transmitirá que te preocupás por el tiempo de los demás y demostrarás respeto. Nuestra palabra debería ser el sinónimo de garantía para contar con nuestra presencia en el momento preciso y necesario.
Para corregir esto, es de gran utilidad programar la alarma de nuestro reloj u ordenador, pedirle a un familiar o compañero que nos recuerde la hora.
Aunque sea algo tedioso, elaborá por escrito tu horario y plan de actividades del día siguiente. Si tenés muchas cosas que atender y te sirve poco, hazlo para los siguientes siete días.
Recuerda que con voluntad y sacrificio, lograrás tu propósito.
Daniela Acuña
Diseñadora Gráfica