Desde que éramos niños nuestros padres nos iban encaminando a ser profesionales y personas de bien y poco a poco fuimos eligiendo nuestro camino, el cual nos llevó hasta donde estamos hoy. Pero alguna vez nos hemos preguntado ¿Por qué trabajamos? O más bien ¿Para que trabajamos? Más allá de los beneficios que ofrece tener un trabajo como: estabilidad económica, experiencia profesional, pagar deudas, poder comprar cosas que nos gustan, poder salir o viajar, etc.; muchas personas confunden el trabajo y el dinero con el centro de su vida.
Trabajar para vivir, pero no vivir para trabajar. Esto es un concepto que muchos olvidan a lo largo del camino, conforme el ambiente laboral se pone tenso y demanda más tiempo o más responsabilidad, eso sin contar las deudas por pagar, los préstamos, el nivel de vida que deseamos, el carro que queremos, la casa que necesitamos, los hijos, las mascotas, etc. Parece imposible poder vivir bien sin limitaciones y sin un grado de estrés diario que afecta las relaciones tanto laborales como personales y hasta la salud.
Siendo consciente de esto, y habiéndolo experimentado por cuenta propia, me gustaría compartir algunos de los pasos que considero imprescindibles para tener una vida laboral sana:
- El primer paso sin duda es conseguir un trabajo que nos guste y nos apasione. Siendo o no lo que estamos o hemos estudiado, el trabajo que tengamos nos tiene que gustar para poder desarrollarlo con ganas y actitud positiva todos los días, todo el día.
- Crear un ambiente laboral agradable. En el trabajo se hacen amistades que perduran por siempre o enemigos que nunca se olvidan, ya que al pasar tanto tiempo juntos es natural que existan roces de vez en cuando; sin embargo, tenemos que saber diferenciar quienes son nuestros amigos y quienes sólo son compañeros de trabajo y que parte de ser profesional es la convivencia con todos de una manera agradable o por lo menos tranquila.
- Crear mi espacio de trabajo cómodo y agradable. Alguna imagen que nos guste, algún detalle de una persona especial o fotos de la familia, todo eso nos recuerda lo que nos gusta y nos hace feliz todo el día. En este paso también incluyo la música, sin duda trabajar con la música que más nos gusta hace del día de trabajo algo mucho más agradable y nos libera un poco del estrés.
- Respetar los horarios laborales. Los recesos, los almuerzos y la hora de salida están establecidas por algo, y el tiempo de trabajo se debe organizar para que rendir de la mejor manera dentro de las horas laborales que hay, no es correcto no trabajar durante las horas que nos están pagando ni es sano llevar trabajo a la casa por no haber organizado bien el tiempo. Hay un momento para trabajar y otro para descansar y despejarse.
- No olvidar jamás que vinimos a este mundo a ser felices y aún en el trabajo debemos ser felices y estar bien con lo que hacemos para poder hacerlo de la mejor manera posible. Que un buen trabajo o mucho dinero nunca opaque el verdadero significado de vivir, de ser felices y compartir con los seres que amamos y con nosotros mismos.
Marianella Arnaez
Diseñadora y QA